Ante la pandemia, las empresas se vieron ante la necesidad de que sus empleados y proyectos fueran flexibles y veloces. Otras vieron variar la cantidad de sus equipos de trabajo y, en la reorganización cambiaron las exigencias de talento. Las hard skills siguen pesando, pero la vocación de servicio, el sentido de innovación y el atrevimiento a ser disruptivo, son habilidades blandas muy valoradas.
La Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información, AMITI, en conjunto con Arturo Ortega, Fundador de Skills del Futuro y la empresa Concepto Total, realizaron una encuesta para conocer qué habilidades suaves requieren hoy las empresas de la Industria TIC nacional en su personal.
Compartiremos tips para la selección del talento, inversión en soft skills y ROI, entre otros.
24 marzo | 10 hrs. #webinar “Soft skills para equipos de TI” – Arturo Ortega @ConceptoTotal
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Partamos de que las habilidades blandas son flexibles, maleables, forman parte de la personalidad de los individuos que enriquecen con sus convicciones, actitudes y pensamientos a las organizaciones. Son habilidades relacionales.
Con base en ello, Ortega señaló que los socios de AMITI hoy, sobre todo, buscan en sus empleados habilidades suaves en sus líderes.
Los líderes que requieren las empresas
Hoy se debe replantear el liderazgo, y dejar de verlo como un privilegio, una jerarquía y considerarlo como una actitud de servicio.
Entre miembros de la AMITI es especialmente apreciado que el líder sea tolerante a la frustración, resiliente y tenga herramientas de gestión emocional propias y para manejar a sus empleados. Que sea innovador, creativo y que esté en un ejercicio de constante aprendizaje también es apreciado, pero también el que sea flexible y abierto al cambio y con un deseo de mejora permanente.
No te pierdas el más reciente artículo de Arturo Ortega: ¿Competencia o cooperación? Esa es la cuestión fundamental https://t.co/6YvsGC0YJo vía @LinkedIn
— Concepto Total (@ConceptoTotal) February 17, 2020
El líder desde su posición debe ser capaz de detectar las soft skills del personal desde que lo recluta, tener la capacidad de escuchar y hacer las preguntas correctas que descubran la personalidad del otro. Escuchar, por ejemplo, qué valoran los millenials de una empresa y ver, honestamente, si lo cumple su organización, y si no, poner manos a ello.
El líder también debe concebir a las empresas como entidades vivas que constantemente se deben actualizar.
¿Conviene desarrollar las soft skills de los empleados?
Las organizaciones no requieren gente que vaya y cumpla su función, sino que se involucre y se vea a sí misma como parte de un engranaje; que sientan su aporte a la creación y captura de riqueza en una economía hiperconectada.
Por eso, buscan durante el proceso de contratación a quien piensa críticamente y es capaz de resolver problemas. En los momentos de promoción de personas hacia cargos más altos también se considera la capacidad de resolver problemas, y como causa principal de despido está el no saber trabajar en equipo.
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Apostar por el desarrollo de habilidades blandas en el personal es redituable entre tres y diez meses, que es el tiempo que toma desarrollar un hábito que permita el cambio de convicciones y comportamiento en las personas. El camino corto para lograr estos cambios es premiando el comportamiento de los empleados; si bien esta opción genera cambios instantáneos, no son cambios necesariamente sostenibles.
Ortega señaló que, durante la pandemia y con el encierro descendió la empatía de las personas y la capacidad de leer el lenguaje corporal, por ello, recomendó salir de la pantalla todas las veces que sea posible, para que las personas vuelvan conectar con las cosas y personas del mundo físico y sus significados, se habitúen a la convivencia, al dolor y salgan del egoísmo.