Reprueba México en Índice de Percepción de la Corrupción
México sigue siendo el país peor evaluado en términos de corrupción de las 38 naciones que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE.
México se ubica en la posición 124 de los 180 países evaluados por Transparencia Internacional en el Índice de Percepción de la Corrupción.
Comparte la misma calificación (31 puntos) que Gabón, Níger y Papúa Nueva Guinea.
En la edición 2021 de la métrica, México mantuvo una calificación de 31 puntos.
Es la misma que tuvo en 2020, en una escala que va de cero a 100, donde 100 sería la mejor calificación posible.
En el G20, México ocupa la posición 18, por encima de Rusia que se ubicó en la posición 19.
La Unión Europea, que también forma parte del G20, no es evaluada en bloque sino por país.
De las palabras…
El control de la corrupción ha sido una prioridad de la sociedad mexicana en los últimos años y uno de los factores que definió la elección federal en 2018.
La lucha contra la corrupción ha sido el eje principal de la administración federal 2018-2024 que en esta agenda cuenta con un amplio apoyo social para avanzar.
Tampoco hay una recuperación de los activos desviados por estos y otros casos de gran corrupción.
En función de eso, la reparación del daño a las víctimas, es prácticamente inexistente.
Pendientes en la materia
Hay una creciente preocupación por el uso político-electoral en las fiscalías mexicanas, que pese a gozar en muchos casos de autonomía formal, no son vistas como órganos independientes al gobierno.
Su actuación presenta sesgos favorables o negativos dependiendo del grupo político al que se investiga.
Uno de los eslabones más débiles de la política anticorrupción en México, y no solo en el gobierno federal, es la recuperación de activos.
Transparencia Internacional opina que es momento de cumplir la promesa gubernamental de “devolverle al pueblo lo robado”.
El gobierno de México tiene que aprovechar el amplio apoyo social en esta materia para enfrentar a las redes de corrupción que se mantienen vivas, operantes, y en muchos casos vinculadas a redes criminales.
La gran corrupción debe pasar de las investigaciones a las sanciones efectivas. Los integrantes de las redes deben ser sancionados