En las propuestas de los candidatos a la Presidencia de México, se evidencia una ausencia notable de una agenda digital cohesiva y robusta que aborde de manera integral las necesidades y prioridades del sector TIC del país.
En medio del fervor que caracteriza la etapa inicial de las campañas presidenciales de 2024 en México, se observa una diversidad de propuestas que abarcan un amplio espectro de temas cruciales para el futuro del país. Entre estos, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) emergen como un sector de especial relevancia, dado su rol transversal y fundamental en el desarrollo social y económico.
A pesar de su importancia, la consolidación de una estrategia digital integral parece ser un objetivo lejano en el horizonte político actual.
La Social Intelligence Unit (The SIU) ha realizado un exhaustivo monitoreo de propuestas, identificando un total de 50 temas agrupados en 14 pilares temáticos.
Xóchitl Gálvez Ruiz lidera con propuestas que cubren casi la mitad de estos ejes, centrándose en aspectos como la seguridad, la innovación, la conectividad, la educación digital, y el gobierno electrónico.
Gálvez propone medidas concretas como el fortalecimiento de la infraestructura en zonas rurales, subsidios para la conectividad, y la eliminación del IVA en smartphones, lo que denota un enfoque pragmático hacia la digitalización inclusiva.
Por otro lado, Claudia Sheinbaum Pardo, con un enfoque en la infraestructura para la conectividad y la innovación, plantea la continuación de programas de conectividad existentes y la ambiciosa idea de lanzar un satélite mexicano para proveer internet gratuito a nivel nacional.
Aunque sus propuestas resuenan con la necesidad de inclusión digital, la viabilidad y eficacia de tales medidas generan debate entre especialistas.
Jorge Álvarez Máynez, aunque con una cobertura temática más limitada, enfoca sus propuestas en la legislación TIC y las energías renovables, destacando la importancia de una regulación que fomente la seguridad digital y el acceso a internet como derechos fundamentales.
A pesar de estas propuestas, el análisis de The SIU evidencia una ausencia notable de una agenda digital cohesiva y robusta que aborde de manera integral las necesidades y prioridades del sector TIC en México. Cuestiones fundamentales como la política de competencia en mercados digitales, la coordinación institucional, y la simplificación de trámites para el despliegue de infraestructura siguen pendientes.
En este contexto, resulta imperativo que los candidatos presidenciales consideren las voces de consumidores, academia, industria y especialistas para articular e integrar sus propuestas TIC en una estrategia digital nacional coherente y efectiva. La tecnología, lejos de ser un mero instrumento, se posiciona como un eje central para el desarrollo sostenible y la inclusión social. Así, el compromiso con una agenda digital sólida y transversal no solo es deseable, sino esencial para el progreso de México en la era global.
Las elecciones de 2024 presentan una oportunidad única para replantear y reforzar el papel de la tecnología en la agenda política nacional. Es hora de que los candidatos y la sociedad mexicana en su conjunto reconozcan la tecnología no solo como una herramienta de progreso, sino como un pilar fundamental para el bienestar y la equidad en el siglo XXI.
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