Cruzada por el planeta.
¿Qué tal, banda?
Hoy venimos a hablar de algo serio: la basura electrónica.
Sí, así como lo oyen, no es puro choro mareador.
¿Se imaginan que en 2023 aventamos al planeta ¡62 millones de toneladas de teléfonos móviles y trastos electrónicos!
Y pa’ rematar, se espera que esta cifra se ponga más gorda aún, un tercio más gorda, pa’ ser exactos, para el 2030.
¡Pero qué barbaridad!
Y no vayan creyendo que me lo estoy inventando, no, no.
Ahí está Kees Baldé, el científico en jefe del Programa de Ciclos Sostenibles del UNITAR, que sale con que el mundo está perdiendo la batalla contra esta montaña de basura electrónica.
Aquí en México no nos quedamos atrás, ¡no señor! Aquí nos gusta estar a la moda, sacar el nuevo modelo de celular, aunque el que tengamos funcione de maravilla.
¡Ah, qué cosas!
Nada más y nada menos que el 28% de los mexicanos cambia de cel sin pensárselo mucho.
¡Qué barbaridad, compadres!
Así que ya lo saben, raza.
¡No hay que quedarnos de brazos cruzados!
¡Es hora de ponerse las pilas y hacer algo al respecto!
¡Que la tierra no es basurero, compadres!
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Lo Bueno:
Resulta que, aunque Deloitte está pasando por una reestructuración de esas que hacen temblar los cimientos, no se está quedando cruzada de brazos.
La compañía de consultoría está armando un fiestón que promete dar de qué hablar. ¡Ajúa! Se trata del “Americas Delivery Mexico (ADMX)“, y se va a poner al tiro el 8 de mayo en Guadalajara, Jalisco. Ya están buscando a la raza talentosa para unirse al relajo y ofrecer servicios profesionales a clientes de todos lados.
Lo Malo:
Según el estudio Marketing Digital en América Latina 2024 de NTT Data, hay un detallito que nos está quedando corto en la región.
Resulta que, aunque sí estamos avanzando, el ecommerce todavía nos está haciendo ojitos desde lejos. ¡Cachis en la mar! Ya en muchos rincones del planeta es pan comido comprar por internet, pero aquí en Latinoamérica todavía estamos en pañales, y eso que no nos faltan ni los expertos ni las herramientas tecnológicas.
Lo Feo:
Fortinet e IDC se aventaron un clavado al abismo y descubrieron unos monstruos que nos están echando el ojo. Resulta que las empresas que están pensando en dar el brinco a la transformación digital tienen que cuidarse de unas cuantas piedritas en el camino.
Estamos hablando de las brechas en la ejecución de la transformación digital, los nuevos regímenes de cumplimiento y chismes de intercambio de datos, y ni se diga de las amenazas y regulaciones de ciberseguridad.