El vamping es un comportamiento en torno a la tecnología. El desvelarse continuamente a través de estos dispositivos.
Vamping podría confundirse con insomnio, pero realmente va más allá ante la falta de control para seguir conectados en dispositivos tecnológicos.
¿Cuántas horas pasas conectado a algún dispositivo? ¿Cuáles son tus hábitos antes de ir a dormir? Son preguntas clave para saber qué detona un trastorno del sueño.
Los más afectados por el vamping son jóvenes y adolescentes, y más tras la pandemia. Muchos pasan noches de desvelo a través de diversas pantallas.
Datos indican que el 81,5 % de los jóvenes ha modificado sus ritmos de sueño y llegan a recibir o enviar hasta 100 mensajes diarios a través de su teléfono móvil.
¿Por qué cada vez dormimos menos?
Este fenómeno provoca la pérdida de horas de sueño por estar frente a la pantalla y, tras el confinamiento, es más probable que el problema se agrave.
Los expertos advierten que el vamping produce consecuencias nocivas para la salud mental y física de los jóvenes, por lo que recomiendan límites en el uso de los dispositivos.
“Con la desescalada surgen otras acciones más sociales, de contacto, pero quedará mucha de esa actividad nocturna porque se trata de una conexión que no es solitaria, la hacen con otros”
José Ramón Ubieto, docente colaborador
En todo el mundo, los niños duermen aproximadamente 1,2 horas menos en las noches escolares que hace un siglo.
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¿La luz nos hace desarrollar trastornos del sueño?
El número de personas con deficiencia de sueño parece destinado a aumentar. Con el 19% del consumo de electricidad en todo el mundo dedicado a la producción de luz, muchos gobiernos están eliminando gradualmente las bombillas incandescentes tradicionales.
Los diodos emisores de luz (LED) de estado sólido energéticamente eficientes se utilizan ampliamente en televisores y pantallas de computadora, laptops, tabletas y dispositivos de mano, e impulsarán un mayor aumento en el consumo de luz per cápita.
La luz blanca de estado sólido suele ser rica en luz azul y la composición del color es importante.
Las ipRGC son más sensibles a la luz de longitud de onda corta (azul y azul-verde), por lo que la exposición nocturna a los LED suele ser más perjudicial para los ritmos circadianos, la secreción de melatonina y el sueño que la luz incandescente.
El sueño es esencial para nuestro bienestar físico y mental, por lo que es vital que aprendamos más sobre el impacto del consumo de luz y cómo el estar conectados 24/7 afecta al sueño, los ritmos circadianos y la salud.