Aquellas empresas que invierten estratégicamente en confianza digital se posicionan como administradores de un mundo seguro y conectado.
En Latinoamérica la transformación digital avanza y el 50% de las Pequeñas y medianas empresas ya son digitales, esto de acuerdo con información compartida por IDC.
Si bien, la digitalización permite conectar el mundo, también es cierto que las arquitecturas de TI son más complejas.
Diana Jovin, vicepresidenta de marketing de productos en DigiCert, dijo que los servicios en la nube, las cargas de trabajo híbridas y la convergencia han cambiado la forma de lo que está conectado y lo que no.
Sin embargo, el trabajo remoto, impulsado por la pandemia, aumentó la forma y la forma de acceso y aprovisionamiento corporativo.
En este contexto, DigiCert, empresa de soluciones escalables para identidad y encriptación, parte de que las empresas son los administradores de la confianza digital no solo para sus propios empleados y operaciones internas, sino también para sus clientes, socios y comunidades extendidas.
¿En qué se basa la confianza digital?
La base de la confianza digital debe contemplar tres elementos clave: Autenticación de identidad, integridad y encriptación.
Estos tres elementos permiten saber que un sitio web es seguro, que un correo electrónico es auténtico, que la firma de un documento es válida, etc.
Los tres se entregan a través de certificados digitales que vinculan pares de claves criptográficas públicas y privadas a la identidad. Esta infraestructura de clave pública ayuda a las organizaciones a establecer una identidad, integridad y encriptación confiables entre personas, sistemas y cosas.
Esta confianza digital incluye a su vez componentes clave como estándares de cumplimiento y operaciones; gestión de confianza y confianza conectada.
De acuerdo con la vicepresidenta, la importancia estratégica de la confianza digital se extiende más allá de la creación y manejo de certificados digitales, es parte integral de la función de seguridad y riesgos, protegiendo a la empresa de las amenazas de ciberseguridad.
Además es el componente que permite a las empresas transferir procesos críticos en línea y crear nuevas formas de conexión entre organizaciones.