El reconocimiento facial como sistema de seguridad puede implementarse en diversos sectores, como el retail, aeropuertos y transporte público.
La noticia sobre la trifulca en un partido Querétaro vs Atlas en marzo pasado -que dejó un saldo de 26 personas lesionadas, 3 de éstas de gravedad- generó indignación nacional y dio pie a un amplio debate sobre la necesidad de implementar sistemas de seguridad eficientes para proteger a los aficionados que disfrutan de estos eventos de manera sana. Pero si la noticia principal provocó molestia, la propuesta de la Liga Mx y la Femexfut para garantizar la seguridad causó aún más contrariedad.
Y es que el uso del reconocimiento facial sigue rodeado de mitos y desinformación que provocan en las personas desconfianza y recelo ante la que, consideran, una posibilidad real de ser víctimas de robo de identidad, al no tener la certeza de que sus biometrías serán utilizadas de manera responsable por parte de quien las captura.
El también CEO de la empresa Biometría Aplicada detalló que los softwares más avanzados del mercado permiten hacer un monitoreo de los asistentes dentro de un recinto y darles seguimiento durante su estancia, es decir, se puede saber las zonas que visitaron y con quienes interactuaron para que, en caso de presentarse un incidente, se pueda impedir que evoluciones a algo más grave o se pueda interceptar a las personas involucradas para que se les aplique el protocolo de seguridad correspondiente.
En el caso de la tecnología de Biometría Aplicada, el sistema logra un 99.99% de precisión en la detección de rostros; 99% de precisión en la identificación de la persona; 98% en el conteo de personas que ingresan o salen del recinto; 97% en la precisión de reconocimiento de género; 95% en la estimación de la edad y lo hace en 0.3 segundos.
Otros usos del reconocimiento facial
Además de estadios de futbol y centros de entretenimiento masivo, el uso del reconocimiento facial como mecanismo de seguridad en recintos de alto aforo puede ser llevado a otros sectores con la misma consigna de no tener que resguardar datos biográficos y biométricos de los visitantes. Algunos ejemplos son:
Retail
Actualmente, el robo hormiga es uno de los grandes dolores de cabeza de los empresarios del sector retail, ya que de acuerdo con organismos empresariales como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), este ilícito puede llegar a generar pérdidas de entre 10,000 y 14,000 millones de pesos al año al sector, con un promedio de hasta 80 incidentes al día.
Lo más preocupante de todo esto es que, según la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas 2020 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 95.5% de los casos no ameritarán una carpeta de investigación ante el Ministerio Público, debido a que son montos muy pequeños, lo que propicia que la posibilidad de reincidencia por parte de estos delincuentes sea muy alta.
Aeropuertos
Aunque los aeropuertos habían mantenido un proceso de digitalización constante hasta antes del covid-19, la pandemia exacerbó la necesidad de acelerar el flujo de personas para prevenir contagios, y el reconocimiento facial ha ido sumando adeptos.
El pasado mes de junio, la Oficina de Aduanas y Control Fronteriza de Estados Unidos anunció la implementación del sistema facial biométrico en todos los aeropuertos internacionales del país, con el objetivo de automatizar el proceso de revisión de documentos para visitantes extranjeros que buscan ingresar a la Unión Americana.
El experto reconoció que para que el reconocimiento facial sea una realidad en los aeropuertos mexicanos es necesaria la voluntad tanto del sector público como del privado, ya que en estos casos sí tendría que vincularse la tecnología con diversas bases de datos gubernamentales, lo que tiene implicaciones legales, además de que debe poder garantizarse las inversiones y el posterior intercambio de información para que sea eficiente.
Centrales de autobuses y transporte público
Igual que en los aeropuertos, las centrales de autobuses demandan un alto nivel de seguridad, sobre todo para prevenir delitos comunes como el robo, la transportación de drogas o mercancía robada o hasta incluso ilícitos de alto impacto como el secuestro y la trata de personas.