La nueva versión del complemento para CFDI incluye: nuevos catálogos y campos, con los que se vigilará el movimiento de mercancías, actividad empresarial y cumplimiento de obligaciones.
El pasado 20 de octubre, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) dio a conocer la versión 3.0 del Complemento Carta Porte.
Se trata de una actualización que incluye nuevos campos a llenar y validaciones de la información que debe reportarse a la autoridad fiscal, en materia de traslado de mercancías y de bienes.
Por parte de los proveedores de software: el reto es proporcionar la solución tecnológica que responda y se adapte a los nuevos cambios; y en donde el canal de distribución juega un papel importante en la implementación.
Si bien, estos nuevos requisitos aplican para todos los contribuyentes, tiene especial dedicatoria para comercio exterior y farmacéuticas.
En esos sectores, de acuerdo con Fernando Martínez Coss, socio del despacho Digital Signature y quien participó en la implementación de la Factura Electrónica en México, existen “situaciones de riesgo” en donde pueden existir brechas de incumplimiento en la información que se proporciona al SAT.
De hecho, expuso, el sector al que concretamente quiere vigilar la autoridad fiscal; es aquel que realiza operaciones de comercio exterior.
“Ahí está el foco; y se da porque se tiene detectado un problema con las importaciones: cuando estas son definitivas, se tiene que cubrir un pago, impuestos internos como IVA e ISR y externos de comercio exterior”, expuso Martínez Coss.
La Carta Porte, mencionó, cobra mayor relevancia, porque ayudará a dar trazabilidad exacta de los movimientos de mercancías, cuál es su estatus y por qué se realiza.
De esta manera, indicó, dicho complemento de CFDI se convierte en un “instrumento poderoso” para la autoridad fiscal y gobierno; porque ayudará a obtener control justamente en el movimiento de mercancías de algunos sectores empresariales.
Sólo 1/4 parte de contribuyentes cumple con este requisito
Actualmente, con referencia a datos del SAT, se estima que 400 mil contribuyentes en México están obligados a emitir la Carta Porte; de los cuales hasta ahora sólo 99 mil están cumpliendo.
Estos últimos, indicó Martínez Coss, son contribuyentes que buscan cumplir y conocen la Carta Porte por el tipo de operaciones que realizan.
Añadió que el resto principal, está en el resto de los contribuyentes; pues es un sector que no necesariamente está habituado y familiarizado con el complemento.
Foco en Comercio Exterior
Al participar en el webinar “Carta Porte, versión 3.0”, de la empresa Sw sapien®, Martínez Coss se centró en los contribuyentes que ya cumplen.
Expresó que específicamente todo el proceso de implementación de la Carta Porte está dirigido al sector de Comercio Exterior; lo cual quedó claro en la reforma de 2021 y vigente en 2022.
Ahí, mencionó, se mantuvieron las disposiciones que obligan a emitir el complemento debidamente documentado por cada embarque o movimiento de mercancía.
Aclaró que mediante diferentes reglas, se establecen las características de los CFDI que sirven para amparar el transporte, tenencia legal y estancia de las mercancías.
Además, se deja ver de manera muy precisa la coordinación entre autoridades; que es la que pone un tono diferente a una medida tributaria como es Carta Porte, expresó el directivo.
“El SAT recibe información de la Carta Porte y esta se vincula con autoridades diversas.
“Como la Secretaría de Infraestructura, Comunicación y Transportes y la Dirección General de Autotransporte Federal; esta última regula el reglamento de autotransporte”, mencionó.
Comercio Exterior también participa, añadió Martínez Coss.
Pues es en las importaciones temporales y que después se convierten en definitivas, donde no hay pago correcto de impuestos por parte de las empresas que están en el sector.
Adicionalmente, para efectos de los cambios introducidos en la versión 3.0 de la Carta Porte, se agregan sectores que hoy se identifican como de alto riesgo.
Es decir, que es necesario revisar por el movimiento de mercancías que hacen y en algunas zonas de interés del gobierno.
La Carta Porte y los CFDI, destacó, facilitan a la autoridad, técnicamente hablando, corroborar las obligaciones de los contribuyentes, su cumplimiento y pago de impuestos.
La información que proporcionan los comprobantes digitales, explicó, se convierten en conocimiento útil para detectar brechas de incumplimiento y evasión, o conductas de omisión.
“La obligación de la Carta Porte viene desde enero 2021 y hasta diciembre de este año ya se cumplieron 24 meses; mas continuamente se están haciendo modificaciones a cumplir.
“Lo que tiene que tener presente el contribuyente es que, a partir de enero 2024, si dicho complemento no está debidamente llenado y no cumple con los requisitos de ley, puede hacerse acreedor a multas y sanciones”, alertó.
Hace falta una visión completa
El socio de Digital Signature mencionó que una de las problemáticas centrales en el cumplimiento del complemento es que los contribuyentes sólo están preocupados por cumplir con los requisitos.
Pero, no cuidan toda la línea asociada de dónde proviene y se genera la información que deberán reportar al SAT, complementó.
Desde una perspectiva tributaria, explicó, como documento la Carta Porte condiciona:
- El tipo de contratos,
- La actividad a la que se dedica el contribuyente,
- Naturaleza de ingresos,
- Controla sus obligaciones,
- Vincula la Contabilidad Electrónica con los inventarios que se reportan,
- Entre otros aspectos.
“Importante tener una visión completa de la información adicional a la par de los requisitos a cumplir; pues se tiene toda una trazabilidad que permite identificar el cumplimiento con la información que dan al SAT”, destacó.
Vigilar comercio exterior y farmacéuticas
Los cambios que introduce la versión 3.0, ponen énfasis en el movimiento de mercancías y en específico con un sector dinámico, como lo es comercio exterior.
La exportación e importación de mercancías comenzará a vigilarse, expuso Martínez Coss, y las acciones se asocian, al movimiento de sustancias y otros insumos de las farmacéuticas.
Estos sectores, indicó, son considerados como posibles a caer en un supuesto riesgo.
A través de la nueva información que proporcione al SAT, añadió, se buscan elementos que ayuden a ir en contra de esos contribuyentes, quienes incumplen o la información que proporcionan no le hace sentido a la autoridad.
La medida, dijo, incluye tanto a los contribuyentes locales como a los extranjeros.
“Estos estarán siendo vigilados utilizando la Carta Porte, que al ser un documento digital, proporciona información de inmediato”, resaltó.
Cambios puntuales del SAT
Explicó que concretamente los cambios de la versión 3.0, hay 34 campos obligatorios a llenar.
Pero, hay más de 180 a considerar por parte del contribuyente, porque estos permiten tener el universo completo de la información que considera el SAT.
Se añaden 7 nuevos catálogos que impactan la operación de las empresas, según su actividad.
Destacó los relacionados con Régimen aduanal, Registro del itsmo y sector COFEPRIS; este último relacionado con movimiento de sustancias de farmacéuticas.
La nueva versión, agregó, también incluye catálogos con condiciones especiales; en donde se vigila el tipo de materia o documento aduanero.
“Es por eso que decimos que la nueva versión va dirigida hacia cierto sector de contribuyente; aunque los cambios los deben cumplir todos”, indicó.
Las principales dudas, prosiguió, están en dos cambios nuevos:
Incorporación de RFC4122 por parte del emisor y que es un estándar mundial que permite la identificación única de documentos.
Así como, en el campo idCCP, pues ambos proporcionan unicidad del documento en el movimiento de mercancías; la cual también se debe cumplir.
Martínez Coss recomendó a los contribuyentes atender los cambios de manera inmediata, ya que los cambios de la versión 3.0 deberán aplicarse a partir del próximo 25 de noviembre.
Hacia adelante, complementó, está el 1 de enero 2024.
Fecha en la que el SAT comenzará la aplicación de sanciones y multas a quienes no cumplan o entreguen la Carta Porte con errores, omisiones o información incompleta.