Ricoh redefine la automatización laboral con un enfoque centrado en las personas. Su modelo de tecnología con propósito fomenta la colaboración, la creatividad y la inclusión en entornos digitales.
En la era de la transformación digital, Ricoh propone un enfoque diferente hacia la automatización: no se trata solo de optimizar procesos, sino de fortalecer la colaboración humana.
Lorna Hernández, vicepresidenta de Recursos Humanos en Ricoh Latinoamérica, explicó que el verdadero valor de la automatización radica en su capacidad de conectar equipos diversos —formados por distintas generaciones, culturas y ubicaciones— y no en reemplazarlos.
“Su verdadero valor reside en su capacidad de fortalecer la colaboración entre equipos diversos, conformados por personas de distintas generaciones, culturas y ubicaciones geográficas”, destacó.
De acuerdo con Hernández, la automatización de procesos libera tiempo y recursos para que las personas se concentren en actividades que generan valor real, como la creatividad, la innovación y el trabajo en equipo.
“La combinación de humanos y tecnología profundiza la colaboración, la hace más ágil y fomenta la creatividad”, añadió.
El Foro Económico Mundial coincide con esta visión: liderar una fuerza laboral moderna implica entender quiénes integran los equipos, qué necesitan y cómo trabajan juntos. Desde esta perspectiva, la tecnología no sustituye el talento humano, sino que lo amplifica.
La ejecutiva aseguró que el desafío para los líderes empresariales no es controlar mediante la tecnología, sino inspirar a los equipos para usarla como una extensión de su creatividad.
“La automatización, bien aplicada, equilibra la carga operativa, mejora la transparencia y fortalece valores como la confianza y la responsabilidad compartida.”
Esta visión ha sido reconocida en el Ranking Aequales 2025, donde Ricoh Latinoamérica se ubicó entre las diez organizaciones más comprometidas con la diversidad, la equidad y la inclusión en la región.
Ricoh impulsa esta filosofía mediante su estrategia de adopción digital y espacios de trabajo inteligentes, que promueven entornos donde la tecnología potencia a las personas, en lugar de reemplazarlas.
“La tecnología con propósito no es solo el futuro del trabajo, es el presente de las organizaciones que entienden que el progreso tiene sentido solo cuando se construye colectivamente”, añadió Hernández.