México aún enfrenta retos para tener todo el potencial de la banca abierta, como la falta de infraestructura y la brecha digital, sobre todo en zonas rurales.
La banca abierta (open banking) es un modelo que permite a los usuarios de los bancos compartir a terceros su información de manera segura a través de Interfaces de Programación de Aplicaciones (API, por sus siglas en inglés) para obtener productos y servicios financieros.
De lo que se trata es poner al cliente en el centro de todo, pues este proceso se realiza siempre y cuando el usuario final otorgue permiso de compartir la información transaccional.
El propósito de poder reunir toda la información bancaria de un usuario final conlleva a que cada institución pueda adaptar y ofrecer mejores productos financieros, que sean más acordes a la realidad de cada cliente, lo que genera que los beneficios para los usuarios finales sean mayores.
De esta manera, los clientes pueden beneficiarse de estas ofertas, como tener acceso a líneas de crédito que en una situación diferente no podrían obtener, ejemplificó.
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A personalizar la oferta
En México se expidió por primera vez la regulación del open banking en 2018, con la publicación en el Diario Oficial de la Federación del Decreto por el que se expidió la Ley de Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech).
Aunque esta ley contempla un apartado de reglas secundarias para el open banking u open finance, los reguladores aún tienen pendiente la publicación de nuevas reglas que contemplarían el uso de datos transaccionales y con ello las instituciones financieras podrían personalizar aún más su oferta.
El directivo consideró que la bancarización en zonas alejadas de las urbes o en niveles socioeconómicos bajos son el principal obstáculo para el avance del open banking, además del hecho de que las personas comprendan el objetivo de éste y los beneficios que pueden obtener al autorizar la acción de compartir sus datos con terceros.
Retos por vencer
Damian Fraser, CEO de Miranda Partners, consideró que entre los retos que todavía se enfrentan para sacar el mejor provecho de la banca abierta en México es que una parte importante de la población sigue llevando a cabo transacciones con efectivo.
La regulación del open banking facilitará la innovación, fomentará la competencia y mejorará la experiencia general de los clientes, al tiempo que acelera la inclusión financiera, acotó