De enero a julio, las instituciones educativas y de investigación en México presentaron en promedio 3,507 ataques a la semana.
El sector educativo y de investigación es uno de los más atacados por la ciberdelincuencia en lo que va del año, publica Check Point Research.
Donde, México se colocó como el cuarto país que mayor incidencia con 3,507 ataques a la semana, solo detrás de la India, Reino Unido e Italia.
Desde principios de año hasta finales de julio, el sector de la educación y de investigación han presentado un promedio global de 3,086 ataques por organización por semana, con un aumento del 37 % en comparación con el año anterior.
Superando, incluso a los sectores de gobierno y militar, que en el mismo periodo tuvieron un promedio global de 2,054 ataques por semana.
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Debido a que las escuelas y universidades a menudo no enfatizan lo suficiente la seguridad cibernética, lo que deja sus redes vulnerables.
El principal objetivo sus comunidades
Además, “los diversos grupos involucrados en estas redes educativas (incluidos estudiantes, maestros, padres y profesionales de la educación) amplían aún más la superficie de ataque, proporcionando múltiples puntos débiles para la inserción de malware y el acceso no autorizado a datos financieros y de identificación personal”, precisa Check Point Research.
Un atractivo adicional para los ciberdelincuentes agrega el análisis, es la gran cantidad de datos personales que conservan las instituciones.
En las escuelas y universidades no solo tienen empleados como profesores y catedráticos, sino que también tienen estudiantes.
“Eso también significa que hay mucha información de identificación personal, que se puede utilizar para obtener ganancias económicas”, argumenta el estudio.
Bajo nivel de seguridad para el acceso
Los estudiantes no son empleados y no están sujetos a estrictas normas corporativas sobre el acceso adecuado a las redes.
Traen sus propios dispositivos al campus, trabajan desde alojamientos compartidos para estudiantes y se conectan a redes Wifi-públicas gratuitas, sin pensar en los riesgos de seguridad. Esta combinación ha contribuido a la tormenta perfecta.