La transición hacia un modelo de negocios de servicios de suscripción es uno de los cambios más disruptivos que hemos enfrentado en la industria TIC y que, además, afecta a muchas otras industrias.
Hoy se habla de Todo como servicio, aunque desde .principios de los noventa en un evento para analistas de HP, escuché por primera vez el término en inglés Information Utilities-Information Appliances. Una visión del futuro del cómputo que inmediatamente me entusiasmó: la información será como el agua o la electricidad, la usaremos cuando la necesitemos en dispositivos conectados a una red central y cada mes, recibiremos una factura cobrando el servicio.
Más tarde, en medio de la burbuja de los dotcom, surgieron los application service providers o ASPs (de sus siglas en inglés) y empecé a ver, también con mucho entusiasmo, que la visión cobraba vida en el mercado TIC. Se iniciaba la oferta de aplicaciones a través de Internet a pagarse mediante una renta mensual. Sin embargo, no pasó mucho tiempo en que el término se extendiera a toda la infraestructura de cómputo y telecomunicaciones y se acuñó el término XSPs: toda la infraestructura TIC como servicio remoto. Curiosamente, en esa época, a la entrada de un evento para analistas, Scott McNealy, presidente en ese entonces de Sun Microsystems, nos ofreció un dólar con el mensaje que con éste podríamos rentar servicios de servidores a través de Internet. Actualmente el término para designar esto es: cómputo en la nube.
El comienzo
Para ilustrar las razones de mi entusiasmo, quiero mostrarles una gráfica, tal y como la presente en nuestro evento Tendencias a finales de 1999, titulada Parteaguas en la Estrategia de Mercado. La parte de la izquierda describe el paradigma en boga para integrar las cadenas de valor que en la época se denominaba en inglés Extended ERP; esto implicaba que las organizaciones implantarían internamente las soluciones corporativas para integrar sus procesos y a partir de ellos, podrían conectar a sus proveedores, canales y clientes. Una “radiación de aplicaciones hacia afuera”; lógicamente este esfuerzo implicaba inversiones sólo al alcance de las grandes organizaciones.
La parte derecha de la gráfica describe el parteaguas señalado que tanto me entusiasmo: el uso de aplicaciones como servicios TIC remotos por suscripción. Un enfoque radicalmente diferente de integración de los procesos a partir de la absorción de servicios de Internet. En mi charla subrayé que las PyMEs podrían rentar aplicaciones modulares como servicios remotos e integrar sus negocios poco a poco, paulatinamente. De esta manera se simplificaría y abarataría la digitalización de las cadenas productivas. En ese entonces empezaron a surgir servicios de suscripción a tarifas más accesibles que las soluciones que se implantaban internamente en las organizaciones, tales como servicios remotos para gestión de la administración, los proyectos y la relación con clientes, entre otros. Uno de los pioneros de estos servicios que sobrevivió a la ruptura de la burbuja de los dotcom, es Salesforce.com que surgió como un servicio remoto para gestionar la relación con clientes (CRM) y es hoy uno de los líderes en integrar ecosistemas digitales, enlazando el módulo CRM con otras soluciones a través de interfases.
Más tarde, en nuestro evento de Tendencias en el 2000, mi entusiasmo recibió un golpe de realidad. Utilizando nuestro modelo de la demanda TIC para analizar la sensibilidad de la demanda a diferentes tarifas de suscripción de servicios remotos, mi conclusión fue que la gran mayoría de los servicios remotos tendrían que salir gratuitos para ser accesibles a la mayoría de la PyMEs mexicanas; por poco, me expulsan de la sala.
Mi desilusión momentánea me llevó a plantear una alternativa para enlazar a las PyMEs; los servicios remotos serían en gran parte gratuitos, financiados por el negocio de bancos, aseguradoras, embotelladoras y otras empresas o patrocinadas por gobiernos y otras instituciones sin fines de lucros. En la actualidad, los fabricantes de bienes de consumo apoyan a las misceláneas a digitalizar su negocio con servicios remotos o APPs utilizando sus smartphones (la venta de bebidas y alimentos financia, parcial o totalmente, la digitalización de esas PyMEs).
Termino esta revisión de antecedentes con una pregunta que seguramente más de un lector ya se ha hecho: ¿entonces dónde está el negocio para la industria TIC?
El texto anterior, originalmente lo publicó Ricardo Zermeño en la edición de febrero del reporte de Tecnología y negocios.