Solo los verdaderos líderes se atreven a cuestionar sus métodos, a escuchar de verdad y a tomar decisiones difíciles, son los que cierran el año con orgullo… y abren el siguiente con poder.
El cierre de año no es solo una etapa administrativa. Es el momento donde se revela la verdadera esencia del liderazgo. La “última milla” no se corre con presupuestos ni con KPIs; se corre con visión, carácter y decisiones valientes.
En esta recta final, muchas empresas se enfrentan a un dilema silencioso: ¿están sus líderes realmente preparados para cerrar con fuerza o simplemente están sobreviviendo?
Este año vimos de todo:
- Empresas que exprimieron a su gente como naranjas… y luego se sorprendieron cuando el talento más valioso se fue a la competencia.
- Líderes que confundieron control con dirección… y terminaron apagando la motivación de sus equipos.
- Organizaciones que, frente a la incertidumbre, eligieron resistir en lugar de transformarse… y hoy están rezagadas.
El dato que no podemos ignora es que 8 de cada 10 personas trabajan sin motivación, sin energía y sin sentir que aportan lo mejor de sí mismos.
En un mercado tan competido como el canal TI, esta falta de compromiso no es un lujo: es una amenaza directa a las ventas, la innovación y la lealtad del cliente.
Retención de talento en tecnología: un nuevo paradigma
Uno de los grandes desafíos actuales en el área de tecnología es la retención de talento joven, especialmente de la generación Z. Esta generación, caracterizada por su agilidad, creatividad y enfoque en el propósito, tiende a permanecer poco tiempo en las organizaciones, lo que dificulta su especialización y continuidad en proyectos de largo plazo.
Este fenómeno obliga a las empresas a replantear sus modelos de liderazgo y gestión, adoptando prácticas más flexibles, colaborativas y centradas en el desarrollo individual. Ya no basta con ofrecer estabilidad; ahora es necesario construir experiencias laborales significativas, con oportunidades de aprendizaje constante, reconocimiento y conexión con valores personales.
Además, el contexto actual exige una nueva forma de planear. Si bien los modelos tradicionales apostaban por estrategias a 5 o incluso 10 años, hoy resulta más realista y efectivo pensar en ciclos de 1 a 3 años, con objetivos claros pero adaptables. Esta visión permite integrar la velocidad del cambio tecnológico con la necesidad de construir equipos sólidos y comprometidos.
La retención de talento ya no es solo una cuestión de beneficios o salarios; es una estrategia de cultura organizacional, liderazgo empático y propósito compartido.
El ejemplo en el canal TI
Un distribuidor puede presionar a su equipo de ventas por cuotas y lograr buenos resultados un trimestre.
Pero si ignora el bienestar y la motivación de su gente, el próximo año estará invirtiendo más en reclutar y capacitar reemplazos que en crecer el negocio.
En cambio, los revendedores que equilibran liderazgo, bienestar y resultados no solo alcanzan sus metas:
✅ Construyen relaciones sólidas con clientes.
✅ Retienen talento clave.
✅ Y logran resultados sostenibles en el tiempo.
El cierre de año es la oportunidad para reflexionar, pero el inicio del próximo es el momento de actuar
💡 La verdad es incómoda: la mayoría de las empresas no falla por falta de tecnología, sino por falta de humanidad en su liderazgo.