Ciberseguridad: de la paranoia digital a la resiliencia empresarial

Por Jorge Miranda
Jorge Miranda, Country Manager para Fortinet México
Jorge Miranda, Country Manager para Fortinet México.

Antes de lanzar firewalls o contratar servicios en la nube, hay que entender el negocio.

En un mundo donde casi todo pasa por lo digital, hablar de ciberseguridad ya no es un asunto exclusivo de geeks o departamentos de TI. Hoy es un tema de supervivencia empresarial. ¿Por qué? Porque cada transacción, servicio o proceso depende de sistemas que pueden ser vulnerados en cualquier momento. La pregunta no es si una empresa será atacada, sino cuándo.

Y aquí es donde entra en escena un personaje clave: el CISO (Chief Information Security Officer). No es un “apagafuegos” que entra solo cuando todo explota. Su misión es mucho más estratégica: anticipar riesgos, preparar a la organización y garantizar que, si un ataque ocurre, la empresa no quede de rodillas.

El reto de evaluar riesgos

Para quienes quieren incursionar en el mundo de la ciberseguridad, este es el primer gran aprendizaje: antes de lanzar firewalls o contratar servicios en la nube, hay que entender el negocio. Los riesgos cibernéticos no son solo técnicos, también son legales y financieros. Un incumplimiento de regulación puede salir tan caro como un ransomware.

En México, cada industria lidia con un marco normativo distinto, y esas reglas evolucionan más rápido de lo que creemos. Si los directivos entienden esto, las conversaciones sobre ciberseguridad dejan de ser un gasto innecesario y se convierten en una inversión para la continuidad del negocio.

La fórmula: priorizar, defender, ser flexibles

Fortinet y otros líderes del sector coinciden en que la clave está en un plan auditable y sólido de ciberseguridad. Para lograrlo, los CISOs suelen trabajar sobre tres pilares:

  1. Priorizar sistemas críticos: lo que debe seguir funcionando incluso en medio del caos.
  2. Enfoque defensivo inteligente: no se trata de comprar más productos, sino de integrar mejor los recursos para una defensa coordinada.
  3. Flexibilidad estratégica: ofrecer a la junta directiva alternativas claras, con costos, beneficios y riesgos sobre la mesa.

Este enfoque proactivo no solo evita pérdidas millonarias, también construye resiliencia empresarial.

De “hackers malos” a “líderes digitales”

Este panorama abre oportunidades enormes. La ciberseguridad ya no es un rincón técnico, sino una mesa de decisión. Y quienes sepan traducir amenazas digitales en impactos de negocio serán los líderes más escuchados en los próximos años.

El futuro de las empresas mexicanas dependerá de que entiendan que la ciberseguridad no es paranoia digital. Es, literalmente, la base de la resiliencia en un mundo hiperconectado.

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