Nearshoring o deslocalización cercana beneficiaría a México y Centroamérica
Decenas de compañías estadounidenses calculan los riesgos de depender de las plantas chinas para fabricar sus productos, algunas están transfiriendo sus pedidos a México.
Las empresas estadounidenses buscan limitar su exposición a los inconvenientes de fabricar mercancías en China y están trasladando su producción.
Contemplan que es hora de hacer ajustes, después de que la peor pandemia en un siglo trastocó los fletes; disparó el costo del transporte de mercancías por el Pacífico y atascó con embotellamientos flotantes, un indicio cruel de los peligros de depender de un solo país lejano para comprar mercancías clave.
Un eje impulsor es la simple geografía.
Enviar un contenedor lleno de productos de China a Estados Unidos por lo general tarda un mes, un marco temporal que se duplicó y hasta triplicó durante los peores momentos de la pandemia.
Sin embargo, ese plazo puede zanjarse en dos semanas con las fábricas de México que abastecen a los comercios minoristas en Estados Unidos.
Desde 2019, las importaciones estadounidenses de productos mexicanos han aumentado en más de un cuarto.
En 2021, los inversores estadounidenses llevaron más dinero a México que a China —tanto al comprar empresas como financiar proyectos, según un análisis del Instituto Global McKinsey.
China seguirá siendo casi sin duda un elemento central de la manufactura en los años por venir, dicen los expertos en comercio.
Pero el viraje hacia México representa una redistribución marginal de la capacidad manufacturera del mundo cuando se reconocen los riesgos volátiles, que van de la realineación geopolítica a los retos del cambio climático.
A medida que las empresas estadounidenses recalculan los riesgos de depender de fábricas chinas, algunas están transfiriendo pedidos a plantas en México como parte de una tendencia en desarrollo conocida como deslocalización cercana, o acercar la producción a casa.
Ajuste paulatino
José Luis Guasco, líder de Consultoría en GDS México, estimó que cerca del 60% de las empresas en el país no cuentan con todas las herramientas tecnológicas necesarias para atender los requerimientos del nearshoring.
Como parte de análisis “Transformación con sentido digital-2022” de la consultora Ernst & Young (EY), Guasco apuntó que México tiene un estatus de oferta tecnológica y digital en “vías de desarrollo”.
“Vemos que arriba del 60%, juntando el nivel de madurez, de innovación y de transformación digital de los encuestados, apenas está en proceso de desarrollo“.
En total, un 40 por ciento del valor de las exportaciones de México a Estados Unidos consiste de partes y componentes fabricados en plantas estadounidenses, según un artículo especializado seminal. Sin embargo, solo el cuatro por ciento de las importaciones desde China son hechas en Estados Unidos.
Por ahora, México no cuenta con la capacidad de asumir el lugar de China como proveedor dominante de una amplia gama de productos.
Antonio Arrainz, CEO de DHL Express, opinó que México debe trabajar en generar las condiciones para mantenerse competitivo más allá de su ubicación geográfica, pues otros países como Vietnam son sumamente atractivos.
Indicó que las organizaciones buscan aceleradamente dónde instalarse y, para ello, quieren naciones confiables.
“Vamos a tener tres años de oportunidad con el nearshoring, pero México tiene que resolver el tema energético“.
Manos a la obra
La relocalización de las empresas es una oportunidad histórica para el fortalecimiento e integración económica de América del Norte.
En función de ello, México y Estados Unidos generan mejores condiciones y aceleran la llegada de nuevas inversiones a nuestro país.
Raquel Buenrostro, secretaria de Economía, planteó durante su visita a las oficinas a la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina M. Raimondo, que México cuenta con la disponibilidad de fuerza laboral con formación técnica, profesional y de investigación.
Así como, mecanismos de coordinación interinstitucional para formar el talento laboral que requerirán las nuevas empresas.
Indicó que la Secretaría de Economía operará como ventanilla única para la atracción de capital.
Se ocupará de acompañar y agilizar las gestiones, permisos y autorizaciones requeridas para el establecimiento de nuevas empresas, bajo el esquema de nearshoring.
Ambos países trabajarán durante el primer bimestre de 2023 en difundir las oportunidades, beneficios económicos y fiscales de ambos países para la relocalización de las organizaciones.
La secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, presentó en septiembre un proyecto de ley de su gobierno que contempla inversiones por 52 mil 700 millones de dólares en subsidios.
Esos recursos permitirían desarrollar la industria de chips y crearían “oportunidades significativas” para México en ese tipo de manufactura.