MC.- Hace algunos años, prácticamente nadie habría imaginado que Chromium, el motor sobre el que se construye el navegador web Google Chrome, podría llegar a unificar, con salvadas excepciones, al resto de navegadores. Los que vivimos las diversas edades de la guerra de los navegadores, que se inició en los últimos años del siglo pasado con la competición entre Netscape Navigator y Microsoft Internet Explorer, aún nos sorprendemos un poco al ver cómo las hostilidades se convirtieron, de repente, en una colaboración entre (casi) todos para crear un motor único. A veces pienso en Chromium como un proyecto de colaboración internacional, una especie de Naciones Unidas de la tecnología.
Una de las últimas y grandes sorpresas fue el anuncio, por parte de Microsoft, de que renunciaría a emplear su propio motor y, en su lugar, emplearía Chromium en Microsoft Edge, algo que a día de hoy estamos terminando de normalizar, con Microsoft empujando a los usuarios que todavía se mantienen en la versión anterior para que actualicen a la basada en Chromium, y servicios como Whatsapp eliminando la compatibilidad con Edge Legacy.
Este enorme cambio en el sector de los navegadores, antaño campo de batalla en el que unos apostaban por los estándares y otros por tecnologías privativas para mejorar la experiencia de navegación (o al menos eso decían) ha dado lugar a situaciones de lo más llamativas, y un ejemplo perfecto de ello es averiguar que, a día de hoy, Microsoft es uno de los principales contribuidores al desarrollo y avance de Chromium, algo que podemos comprobar por este tweet de Eric Lawrence, parte del equipo de Microsoft Edge, y que nos muestra que las aportaciones de los de Redmond se traducen en 161 colaboraciones con 1.853 CL (changelist).
Chromium: Better together pic.twitter.com/uJVUIDm9q1
— Eric Lawrence (@ericlaw) November 18, 2020
Por si no estás familiarizado con la terminología empleada por Google en sus equipos de ingeniería, una CL, o lista de cambios, es una modificación que se ha remitido a la plataforma de control de versiones empleada en un desarrollo (en este caso Chromium).
De este dato se concluye que la apuesta de Microsoft por Chromium es más que evidente. Redmond ha puesto a unos cuantos de sus ingenieros a trabajar en los avances del motor de navegador empleado por la mayoría y de este modo, y cuando se cumple un año desde que Microsoft se unió a Chromium, ya se acercan a las 2.000 aportaciones, un hito que, de mantenerse el ritmo, igual podrían llegar a alcanzar antes de que finalice 2020.
Los más desconfiados pensarán que, con esta colaboración, lo que pretende Microsoft es «colar» alguna de sus tecnologías privativas en Chromium. Sin embargo, hay un punto a tener en cuenta al pensar esto. Y es que, a diferencia de lo que ocurría cuando trabajaba en su propio motor, en el desarrollo de Chromium siempre hay «luz y taquígrafos». Está abierto, es público y cualquier injerencia en este sentido sería detectada de inmediato y, por supuesto, denunciada por la comunidad, si no directamente por los ingenieros de otras compañías que también participan en Chromium.