Aunque en México existe interés por desarrollar ciudades inteligentes que hagan un uso eficiente de los recursos energéticos, falta presupuesto para conseguirlo a través de las herramientas más actuales, como sensores de calidad del aire, paneles solares y monitoreo en tiempo real del alumbrado público.
“Aunque sí estamos viendo mucho interés, la parte de financiamiento para este tipo de proyectos es algo que es un poquito problemático, especialmente por toda la situación económica que se está viviendo hoy, esa sería una de las limitantes principales”, señaló Alejandra León, business development associate director Latam de Ubicquia, empresa estadounidense de soluciones de conectividad y monitoreo con ocho años de operación en México.
Aunado a ello, el Gobierno debe estar dispuesto a compartirle a los ciudadanos información de su entorno, a fin de que sepan cómo conducirse y qué políticas públicas proponer para un desarrollo sostenible.
“(Se requiere) un Gobierno abierto, que permite el acceso a la información, la interoperación entre sistemas (…) que dé a los ciudadanos este acceso a los datos sobre qué está sucediendo; con base en eso se generan políticas públicas inteligentes, que se adaptan a como están evolucionando las ciudades. Para las ciudades inteligentes debe de haber un Gobierno inteligente”, consideró Marisol Ugalde, directora del departamento de Arquitectura, Diseño Industrial e Ingeniería Civil del Tecnológico de Monterrey en el Estado de México.
Para ella, la sostenibilidad ante el cambio climático debe ser una prioridad de la ciudadanía, sector privado y Gobierno.
“Hace falta el empoderamiento del ciudadano, es decir, la posibilidad de opinar y generar iniciativas que vayan en ese sentido, no podemos quedarnos esperando.
“También el sector empresarial, ahí se consume mucha de la energía que ya no es económicamente viable ni ambientalmente sostenible en la manera en la que se produce. A las empresas les toca innovar, es decir, aplicar los nuevos conocimientos para resolver los problemas actuales, adaptar procesos a las nuevas energías y reciclar”, dijo.
Ahí, agregó, es donde entra el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, pues permiten generar prospectivas, utilizar sensores que sistematizan información que los propios ciudadanos generan y actuar sobre el medio ambiente.
Una vez que se tienen todo estos datos es cuando se pueden generar políticas públicas y comenzar a implementar las herramientas digitales en las ciudades.
Por ejemplo, Ubicquia, junto con el Banco Mundial, llevó a cabo el cambio de luminarias de sodio a LED y la instalación de más de 17 mil de sus dispositivos UbiCell en Oaxaca para modernizar la red de iluminación y generar ahorros.
También instaló 10 sensores de calidad de aire en Hermosillo.