“No te preocupes por cómo los cibercriminales están usando la Inteligencia Artificial, lo están haciendo muy bien. Enseña, educa a tu gente para usar la IA de manera correcta, prudente, responsable y ética. De los cibercriminales se encarga Kaspersky”, exhortó Claudio Martinelli.
Claudio Martinelli, vicepresidente de Kaspersky para Américas, destacó que la Inteligencia Artificial (IA) es parte esencial del ADN de Kaspersky desde hace años, pues en sus soluciones existe aprendizaje automático y fórmulas matemáticas desde hace más de dos décadas, lo cual le ha permitido evolucionar junto con las amenazas.
Con esta inteligencia en sus soluciones, la empresa identifica en promedio 460 mil nuevas amenazas diarias, algo imposible de hacer sin Machine Learning e Inteligencia Artificial.
Además de la detección, la Inteligencia Artificial en las soluciones de Kaspersky permiten automatizar la respuesta, reduce los errores humanos y la exposición de las organizaciones ante comportamientos de riesgo.
“La IA nos ayuda a correlacionar eventos, entender los modos de operar de los atacantes y responder de forma rápida y precisa”, añadió Martinelli.
Detrás de cada producto de Kaspersky, desde las soluciones móviles hasta los servidores industriales, opera un motor de IA que fortalece la detección y simplifica la operación para empresas de todos los tamaños.
Gracias a las capacidades de Inteligencia Artificial en sus soluciones, Kaspersky entrega a las empresas mayor productividad, precios accesibles, y oportunidad de negocio a partners que atienden tanto a pequeñas como grandes corporaciones.
Sin embargo, Martinelli advirtió que esta nueva generación de herramientas exige nuevas habilidades en los socios de negocio, y recomendó a los canales especializarse en una vertical de mercado para avanzar en certificaciones y ofrecer propuestas más sólidas.
“Los partners deben elegir sus caminos. La ciberseguridad no solo debe venderse como tecnología, sino como habilitador del negocio”, señaló.
La IA, un cuchillo de doble filo
Martinelli llamó a la prudencia. Desde su posición ha visto que muchas personas están compartiendo información sensible en plataformas públicas de IA, poniendo en riesgo los datos de sus empresas.
“Un uso ético y responsable de la Inteligencia Artificial debe estar en el camino de todos, tanto usuarios como socios”, dijo. Por ello, insistió en la necesidad de educar a los equipos para evitar trampas, links maliciosos y malas prácticas digitales.
Entre las soluciones que Kaspersky ofrece para acompañar a las empresas en esta transición, destacó aquellas que monitorean el shadow IT, es decir, todas aplicaciones no controladas por los departamentos de TI.
“Con la pandemia muchos instalaron plataformas de videoconferencia; hoy se usan herramientas de IA generativa. Nuestras soluciones observan qué tipo de datos se pretende compartir en esas plataformas y si representan riesgos”, explicó.
El ejecutivo recomendó segmentar funciones y accesos dentro de las organizaciones para reducir abusos o robos de información de usuarios que por optimizar su trabajo comparten con IAs públicas datos confidenciales. Esta práctica la ejecuta Kaspersky desde su nube, donde reside la inteligencia de todo su portafolio.
Nuevos modelos de negocio para el canal
El uso de IA abre oportunidades de negocio para los partners que se capaciten y certifiquen. Según Martinelli, los integradores especializados podrán entregar más servicios automatizados, aumentar su margen y responder a la escasez de talento en ciberseguridad que enfrentan muchas compañías.
“Las empresas no encuentran profesionales en TI; por eso acuden a los socios para que ellos provean, operen y gestionen estas capacidades”, apuntó.
No obstante, el ejecutivo sugirió repensar los modelos de cobro:
“Si el partner cobra por incidentes resueltos, debe replantearlo. Lo ideal es cobrar por proactividad, no por fallas. El mejor escenario es aquel en el que no ocurren incidentes”, propuso.
Entre las nuevas líneas de servicio, destacó la evaluación de ciberseguridad (Cybersecurity Assessment), una especie de tomografía del entorno tecnológico de las empresas. Este diagnóstico permite descubrir configuraciones erróneas o vulnerabilidades ocultas, incluso si aún no se materializan como ataques.
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“Es una gran oportunidad para que el canal asesore mejor y oriente al cliente sobre dónde invertir. No todos los presupuestos son ilimitados”, subrayó.
El peligro del autodiagnóstico
Finalmente, Martinelli comparó la tendencia de algunas empresas a usar IA para auto diagnosticarse con buscar síntomas médicos en Internet: “Cuando nos duele algo, vamos al doctor, no a Google. Lo mismo aplica en ciberseguridad: el cliente no tiene el ojo del especialista”.
Para el directivo, la IA es una herramienta poderosa, pero requiere la guía de socios de negocio certificados, que comprendan las particularidades de cada empresa y sepan integrar las soluciones adecuadas.
“Las decisiones deben tomarse con integradores actualizados, con conocimiento y personal calificado. Ellos son quienes pueden llevar la herramienta al nivel correcto”, concluyó.
