Con estrategias adecuadas y apoyo gubernamental, es posible mitigar el impacto y encontrar nuevas oportunidades en el mercado global.
A partir del 4 de marzo de 2025, el gobierno de Estados Unidos ha implementado nuevos aranceles a productos importados de México, Canadá y China. Esta medida afecta especialmente a la industria tecnológica mexicana, incrementando los costos para los pequeños empresarios dedicados a la venta de equipos electrónicos, autopartes y dispositivos manufacturados en el país.
Principales afectaciones para el sector tecnológico
Los nuevos aranceles del 25% a productos mexicanos impactarán directamente en:
- Componentes electrónicos: Chips, circuitos integrados y dispositivos de telecomunicaciones fabricados en México enfrentarán mayores costos de exportación.
- Hardware y equipos de cómputo: Laptops, servidores y accesorios electrónicos tendrán un alza en precios, lo que afectará la competitividad de los revendedores mexicanos.
- Dispositivos médicos: Exportadores de tecnología médica, especialmente en Tijuana y Guadalajara, podrían enfrentar una desaceleración en sus envíos a EE.UU.
El impacto de estas medidas también podría traducirse en un aumento en los costos de importación de tecnología estadounidense a México, encareciendo productos que los pequeños empresarios comercializan.
Representantes de algunos mayoristas y marcas consultados sobre el tema, explicaron que los efectos de la medida ya comenzaron a observarse, sobre todo en los costos de los productos provenientes de Estados Unidos y en las medidas adoptadas por algunas marcas, que evitan comprometerse en la oferta de grandes cantidades de producto y cubriendo apenas los pedidos diarios.
Reacciones y medidas del gobierno mexicano
Ante esta decisión, la Secretaría de Economía de México ha declarado que ya se están explorando estrategias para mitigar el impacto de los aranceles. El titular de la dependencia, Marcelo Ebrard, señaló:
“Estamos en negociaciones con el gobierno estadounidense para buscar una solución que proteja el comercio entre ambos países. No permitiremos que estas medidas afecten de manera desproporcionada a nuestros empresarios, especialmente a los pequeños y medianos negocios que dependen de estas exportaciones.”
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su confianza en que se logre un acuerdo con Estados Unidos para evitar impactos severos en la economía mexicana.
“Estamos dialogando con nuestros socios comerciales para encontrar una solución justa. México ha demostrado ser un aliado confiable y creemos en la importancia de mantener relaciones económicas equilibradas y justas.”
Además, el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (INDEX) alertó que los pequeños empresarios deberán buscar nuevas estrategias para mantenerse competitivos en el mercado.
“Recomendamos a los negocios del sector explorar alternativas de proveedores y fortalecer su presencia en el comercio digital para diversificar sus clientes”, expresó Luis Aguirre Lang, presidente del INDEX.
Oportunidades para pequeños empresarios
A pesar del panorama desafiante, expertos sugieren que las empresas mexicanas del sector tecnológico pueden:
- Explorar nuevos mercados en América Latina y Europa para reducir su dependencia del comercio con EE.UU.
- Optar por financiamiento gubernamental para mitigar los costos adicionales.
- Aprovechar el nearshoring y buscar acuerdos con fabricantes locales para reducir la carga impositiva.
El gobierno mexicano ha adelantado que se implementarán programas de apoyo financiero y capacitaciones para los pequeños empresarios tecnológicos con el fin de enfrentar este nuevo reto comercial.
Los nuevos aranceles de Estados Unidos representan un desafío para la industria tecnológica mexicana, especialmente para los pequeños empresarios dedicados a la reventa de equipos y componentes electrónicos.
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Incertidumbre doméstica
El programa económico de Donald Trump ha pasado de ser una promesa de crecimiento, a convertirse en una amenaza para el bolsillo de los estadounidenses. Analistas e inversores están poniendo en duda el impacto positivo de la llegada de Trump a la Casa Blanca, y la incertidumbre sobre la imposición de aranceles ha despertado el temor de que se produzca uno de los peores escenarios macroeconómicos posibles: un regreso de la inflación en la primera economía del mundo, que se combinaría con un estancamiento económico. En pocos días los inversores han dejado claro que están preocupados por las señales macroeconómicas que están surgiendo, como el freno en la actividad el sector servicios, o el último dato de actividad manufacturera. La rotación de los inversores, desde la bolsa estadounidense hacia los bonos del país, es prueba de la preocupación que hay, y hay expertos, como Mohamed el-Erian, o James Knightley, economista jefe de ING, que reconocen las malas señales que está dando la economía estadounidense.