El ambiente también se escucha: por qué el sonido es clave para vender más
En un restaurante moderno, no basta con que la comida sea buena: el ambiente lo es todo. Y uno de los elementos más poderosos —y a menudo olvidados— es el sonido ambiental.
Un sistema de audio profesional no solo mejora la experiencia del cliente. Puede incrementar las ventas hasta en un 30 %, al crear una atmósfera que invita a quedarse, pedir más y volver.
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¿Qué tan importante es el audio en un restaurante?
Imagina esta escena: entras a un restaurante con excelente decoración, iluminación cálida y aromas que despiertan el apetito. Pero algo falla… La música está demasiado alta, distorsionada o simplemente suena mal. Esa sensación incómoda basta para que decidas no quedarte.
Ahora imagina lo contrario. La música suena suave pero envolvente, bien balanceada, sin estridencias. No es un fondo genérico: está diseñada para ese momento. Te relajas, disfrutas más, y probablemente pidas otra copa.
Esto no es subjetivo. Está comprobado que el diseño sonoro intencionado puede influir directamente en el comportamiento del consumidor.
Datos que respaldan la relación entre sonido y consumo
Estudios internacionales, como el realizado por Soundtrack Your Brand en colaboración con el Instituto Sueco de Retail, demostraron que:
- La música bien diseñada y ejecutada puede aumentar las ventas hasta en un 9.1 %.
- En algunos casos, sobre todo en ventas complementarias (vinos, postres, cocteles), el incremento llega al 30 %.
En México también hay evidencia
Estudios realizados en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey muestran que:
- El 58 % de los comensales ha prolongado su estancia en un restaurante “porque se sentía cómodo con la música”.
- El 64 % pidió una bebida extra simplemente por disfrutar del ambiente sonoro.
Pequeñas diferencias como esta pueden representar miles de pesos adicionales en una sola noche.
Diseño acústico: más que poner una bocina
A diferencia de simplemente colocar altavoces y reproducir una playlist, el diseño acústico profesional toma en cuenta:
- Las características arquitectónicas del lugar
- La identidad del restaurante
- El tipo de cliente
- La distribución del sonido en zonas específicas
Un sonido mal calibrado puede ser invasivo. Uno bien diseñado puede ser emocionalmente armonioso y convertir un espacio común en una experiencia sensorial inolvidable.
Sonido de alta fidelidad hecho en México
Margules es una empresa mexicana con casi 100 años de historia. Fundada en 1927, es reconocida internacionalmente por sus sistemas de audio de alta fidelidad, que combinan tecnología analógica con un enfoque artesanal y emocional.
Pero Margules va más allá de diseñar bocinas. Diseña atmósferas. Su filosofía se basa en que el sonido debe integrarse de forma orgánica en el espacio y no ser un accesorio decorativo.
Tecnología ANA: alineación neuro-acústica
Una de las innovaciones más distintivas de Margules es su tecnología ANA (Alineación Neuro-Acústica), que utiliza principios de psicoacústica para:
- Alinear frecuencias según la percepción del oído humano
- Crear una sensación de bienestar auditivo
- Generar una experiencia sonora emocionalmente coherente
El resultado no solo se escucha: se siente.
Restaurantes que suenan mejor… y venden más
Cada vez más restaurantes de alta gama, conceptos de autor y bares boutique están integrando soluciones de audio profesional desde la etapa de diseño arquitectónico.
Los resultados son claros:
- Mayor tiempo de estancia
- Incremento en consumo promedio por mesa
- Mejores reseñas en plataformas digitales
- Mayor percepción de exclusividad
El sonido bien implementado eleva la marca del restaurante y lo posiciona como un lugar que vale la pena visitar… y recomendar.
El sonido como motor de ventas
En una era donde la experiencia lo es todo, el sonido ya no es un complemento. Es un motor de ingresos.
Un sistema de audio profesional bien diseñado puede:
- Aumentar la permanencia del cliente
- Elevar el ticket promedio
- Mejorar la percepción del espacio
- Convertir una visita casual en una visita memorable
Y Margules lo entiende mejor que nadie. Porque cuando un espacio suena bien, no solo vende más… deja huella.
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