En los últimos años, el sector energético se ha colocado en el centro del debate ambiental, toda vez que es una de las industrias con mayor impacto en la generación de emisiones de dióxido de carbono.
Sumado a ello, formamos parte de una sociedad que crece de manera desmedida, situación que deriva, irremediablemente, en el agotamiento de los recursos naturales y la degradación ambiental.
De acuerdo con un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), para 2050 se prevé que la población mundial aumente a alrededor de 9 mil millones de personas, con lo que la producción de energía se incrementará en un 50%.
Si consideramos que más del 80% de las emisiones globales de CO2 son resultado de la producción y el consumo de energía, y que, de ese total, el 60% se desperdicia por un uso ineficiente, entenderemos el gran reto que enfrenta la industria energética.
En tanto, un estudio reciente del Foro Económico Mundial revela que la industria eléctrica, en cuanto a su producción, es la responsable de emitir el 27% de los gases de efecto invernadero, tan solo por debajo de la minería, el petróleo, el acero y el cemento, que juntas producen el 30% de gases de efecto invernadero.
Ante este contexto, ¿la industria puede hacer algo para disminuir su impacto negativo?, ¿la sociedad quedaría al margen de estos esfuerzos?
La respuesta a estas disyuntivas podría estar en la aplicación de un concepto universal, pero poco conocido: la Electricidad 4.0.
Vamos por partes. Una definición clara y sencilla de la Electricidad 4.0 es la digitalización de la energía a través de tecnología, lo cual incluye el uso de máquinas inteligentes, redes informáticas, IA, dispositivos inteligentes, aplicaciones y software.
Ahora bien, este proceso es aplicable desde la producción, hasta el almacenamiento y el uso de la energía. En otras palabras, la Electricidad 4.0 representa la evolución hacia un mundo más eléctrico, digital, resiliente y, por ende, sustentable.
Como sociedad, nos encontramos en un momento clave, en el que ya no hay marcha atrás para resarcir los daños ambientales provocados y el agotamiento de los recursos naturales, pero sí hay una oportunidad de evolucionar hacia un nuevo mundo eléctrico, en el que la digitalización energética será fundamental para lograr la descarbonización.
¿Cómo y en dónde aplicar la Electricidad 4.0?
El concepto de energía inteligente puede aplicarse en cualquier contexto, desde la industria hasta los hogares, por lo que la sociedad en general no queda fuera ni es ajena a este esfuerzo.
Hogares, edificios, centros de datos, industrias, infraestructura y redes. Todos tienen necesidades energéticas y áreas de oportunidad para aplicar la digitalización. La tecnología ya existe, sólo se necesita implementarla a escala y con rapidez.
Tomando en cuenta que los edificios y la industria contribuyen con un 40% (cada uno) en cuanto a la emisión de CO2, deberían ser la prioridad para la aplicación de la Electricidad 4.0.
En el caso de la industria, la innovación digital hace visible lo invisible, pues elimina el desperdicio energético y fomenta la eficiencia. La medición y el monitoreo del consumo a través de dispositivos y apps permitirá a las grandes empresas descubrir cómo usan la energía.
La utilización de máquinas inteligentes (impulsadas por el Internet de las Cosas), las redes informáticas en la nube, y la aplicación de la Inteligencia ArtificialEs la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. Fuente: opensource.org, son sólo algunos de los ejemplos en los que la Electricidad 4.0 es aplicable.
Para ello, Schneider Electric ofrece una gama de servicios, productos y software que se adaptan a las necesidades y requerimientos de los clientes. Aquí se puede solicitar una ayuda personalizada respecto al tema.
Por otro lado, si bien en los hogares (que emiten el 20% de emisiones CO2 a nivel mundial) los dispositivos inteligentes han hecho más sencillo nuestro día a día, también han aumentado exponencialmente el consumo de energía. En ese sentido, la aplicación de la Electricidad 4.0 ayudaría a gestionar el consumo, a través de un monitoreo, logrando eficiencia y resiliencia.
Para explicarlo de otra manera, la Electricidad 4.0 en los hogares funciona similar al monitoreo de los signos vitales o los análisis clínicos, cuyos hallazgos ayudan a identificar y atender las anomalías, evitando problemas mayores en un futuro. Así, la aplicación de la Electricidad 4.0 y el análisis de sus resultados, evitan el desperdicio de la electricidad.
Desde Schneider Electric estamos impulsando el uso de la Electricidad 4.0, refrendando nuestro compromiso de acelerar el ritmo de la digitalización con el fin de que, juntos, como sociedad, podamos enfrentar los efectos del cambio climático mediante la innovación y la expansión digital, en todas las etapas del ciclo de vida.
*Mario Maldonado, VP Secure Power México y Centroamérica