La incertidumbre económica y la presión sobre los bolsillos —por aumentos en educación, alimentos y vivienda— hacen que los consumidores piensen dos veces antes de invertir en tecnología.
La confianza del consumidor en México registró una ligera baja en septiembre de 2025, según la más reciente Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO) del INEGI. El índice general se ubicó en 46.5 puntos, lo que representa una disminución mensual de 0.2 y anual de 0.5 puntos. Aunque el cambio parece pequeño, refleja un ánimo más reservado frente al futuro económico, especialmente en sectores ligados al consumo de tecnología.
Uno de los indicadores más reveladores para la industria tech es el de disposición para adquirir bienes duraderos, que cayó a 32.4 puntos. Esto significa que muchos mexicanos están aplazando la compra de laptops, smartphones, consolas y otros equipos tecnológicos. La incertidumbre económica y la presión sobre los bolsillos —por aumentos en educación, alimentos y vivienda— hacen que los consumidores piensen dos veces antes de invertir en tecnología.
El panorama no pinta del todo gris: la percepción sobre la situación económica personal muestra una leve mejora. Sin embargo, la situación económica del país, tanto actual (41.3 puntos) como futura (48.1 puntos), sigue generando desconfianza. Con una inflación anual de 3.74%, los hogares mexicanos siguen ajustando gastos y priorizando necesidades básicas sobre gadgets o dispositivos nuevos.
Para los revendedores de tecnología, este escenario implica adaptarse rápido. Estrategias como financiamiento sin intereses, bundles con valor agregado, descuentos exclusivos y asesorías personalizadas pueden hacer la diferencia. Más que vender productos, hoy se trata de ofrecer confianza y conveniencia en cada compra.
Responde con creatividad a un mercado que, aunque prudente, sigue lleno de oportunidades para quienes sepan conectar con las nuevas prioridades del comprador mexicano.