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Diella es un rayo de sol que deslumbra, pero todavía no calienta. Albania apuesta por un símbolo que podría abrirle la puerta a Europa o dejarla en ridículo si falla.
Albania volvió a poner a Europa a hablar de ella, y no por sus playas en el Adriático, sino por un experimento político sin precedentes: nombrar a una inteligencia artificial como ministra de Contrataciones Públicas. Se llama Diella —“sol” en albanés— y su misión es tan ambiciosa como polémica: erradicar la corrupción en la adjudicación de contratos gubernamentales.
Un golpe de efecto para Bruselas
Con un Índice de Percepción de la Corrupción de apenas 42/100 en 2024, Albania arrastra un estigma que la aleja de la Unión Europea. Por eso, el primer ministro Edi Rama decidió jugar una carta disruptiva: presentar a la IA como símbolo de transparencia y modernidad.
Lo que busca, en el fondo, es mandar un mensaje doble: a sus ciudadanos, que el gobierno está cansado de los viejos vicios; y a Bruselas, que Albania está lista para un salto cuántico en materia de gobernanza digital.
El dilema del “ministerio algorítmico”
Aquí está la paradoja que me interesa subrayar: una ministra digital puede ser inmune a sobornos, pero no necesariamente a los sesgos de los datos o a un hackeo. Cambiar corrupción humana por opacidad tecnológica es un riesgo real.
Además, la pregunta legal no es menor: ¿puede un “no humano” tomar decisiones ministeriales? ¿Quién responde si un algoritmo se equivoca?
Lo que México debería observar con lupa
Más que copiar la receta balcánica, México podría aprender algunas lecciones:
- Transparencia total: publicar cada fase de contratación con estándares internacionales (OCDS, OC4IDS).
- IA como asistente, no juez: empezar con pilotos en procesos de bajo riesgo, con supervisión humana obligatoria.
- Marco legal claro: nuestro régimen de adquisiciones, en plena reforma en 2025, es la oportunidad para establecer reglas sobre explicabilidad y derecho a apelación en decisiones algorítmicas.
- Plataformas robustas: reforzar CompraNet con datos abiertos y monitoreo ciudadano.
Mi lectura final
Diella es un rayo de sol que deslumbra, pero todavía no calienta. Albania apuesta por un símbolo que podría abrirle la puerta a Europa o dejarla en ridículo si falla.
En cualquier caso, es un laboratorio mundial para medir hasta dónde queremos —y debemos— delegar el poder político a la inteligencia artificial.
México no necesita una ministra digital, pero sí la valentía de modernizar su sistema de contrataciones con transparencia real, vigilancia ciudadana y apoyo tecnológico.
Porque, al final, la corrupción no se combate con magia digital, sino con instituciones sólidas que usen la tecnología como aliada, no como cortina de humo.